viernes, 11 de febrero de 2011

Hermandad de Las Penas de San Vicente


Fundación
Un grupo de devotos deciden dar culto al Señor Caído de las Penas en la iglesia de San Vicente. Redactan unas Reglas tomándolo como titular junto a la imagen de María con la titulación de los Dolores, que recibía ya culto en la parroquia. Se estima pareciendo que provenía de una esclavitud de Servitas que residió allí en el siglo XVIII. Estos estatutos fueron aprobados por el arzobispado el 19 de abril de 1875 en tiempos del cardenal arzobispo Luis de la Lastra y Cuesta, en esta época la hermandad procesionaba el Domingo de Ramos.
Salió en procesión por primera vez en 1878, pero por problemas económicos, el libro de cuentas de su fundación quedó cerrado el día 1 de junio de 1896, debido a que no pudieron restablecerse de los gastos ocasionados por las anteriores salidas procesionales. Esto provocó que pasara a un estado de postergación en el que la hermandad no realizó las estaciones de penitencia.

Resurgir
En 1923 un grupo de cofrades, presididos por el que fuera el alma y corazón de la Hermandad durante muchos años, Domingo Bellido Vázquez, planteó la necesidad de reorganizar la Corporación. No fue fácil tarea, ya que contaron desde el principio con la oposición de Francisco Torres Galeote, cura párroco de San Vicente. De hecho, para que finalmente esta iglesia quedara canónicamente constituida, se hizo necesaria la intervención de Ángel Sánchez Susillo, canónigo de la Santa Iglesia Catedral.
Las imágenes titulares estuvieron situadas en altares distintos, ubicados además en zonas separadas dentro del Templo, hasta que, por fin, en el año 1946 fueron colocadas en una misma capilla. A partir de este momento, la Cofradía inicia una gran escalada, tanto en materia espiritual como en esplendor, viéndose hoy coronada por sus cultos y por sus dos pasos que están considerados como unas de las joyas de la Semana Santa sevillana.
En 1967 la hermandad adquirió una espléndida cruz de carey procedente de la hermandad de Jesús Nazareno de Écija. Desde el año 1994, la cofradía volvió a radicar en la iglesia de San Vicente, tras finalizar las obras que en los últimos años la habían emplazado en la parroquia de San Isidoro.

Actualidad
La Hermandad de Nuestro Padre Jesús de las Penas y María Santísima de los Dolores es conocida en los medios cofradieros como “Las Penas de San Vicente” en recuerdo de su titular y de la iglesia en la que se encuentra establecida.
14Feb2009. La Hermandad celebra el 50 aniversario de la salida del paso de Nuestro Padre Jesús de las Penas con la marcha JESUS DE LAS PENAS que le dedicara el hermano de honor de esta Hermandad Antonio Pantión Pérez. Se realizará un concierto a cargo de la BANDA DE MUSICA DEL MAESTRO TEJERA con el patrimonio musical de la Hermandad, con el siguiente programa:
1ª parte 1. Tus Dolores son mis Penas (1970) Antonio Pantión Pérez. 2. I Centenario (1975) José Albero Francés. 3. Dolores de San Vicente (2007) Juan Velázquez Sánchez. 4. Jesús Caído (2000) Pedro Vicedo Beneyto. 2ª parte 5. Las Penas de San Vicente (2007) Ismael Jiménez Gómez. 6. Virgen Dolorosa (1945) Pedro Braña Martínez. 7. Jesús de las Penas (1943) Antonio Pantión Pérez.

Nuestro Padre Jesús de las Penas


Jesús de las Penas.
La imagen de Jesús Caído en tierra, en la advocación de las Penas, recibió culto de los carmelitas calzados en el claustro principal del convento Casa Grande del Carmen, situado en la calle Baños de Sevilla. En el año 1810, con motivo de la invasión francesa, dicho cenobio fue clausurado y la imagen quedó sin cuido hasta 1845, año en el que el convento abrió de nuevo sus puertas. El mal estado de la techumbre de la iglesia obligó al traslado de la imagen, que pasó a presidir la capilla del Santísimo hasta que la Casa Grande de la calle Baños fue cerrada definitivamente por la Junta Revolucionaria en 1868. Fue entonces cuando la efigie del Señor de las Penas pasó al templo parroquial de San Vicente.
Representa una de las caídas de Cristo con la cruz a cuestas en la calle de la Amargura mientras camina hacia el monte del Calvario. La imagen de Cristo es de origen anónimo del siglo XVII, escuela de Pedro Roldán Onieva.
Con rico estofado en relieve en el ropaje. La mano siniestra soporta el madero de la Cruz y la diestra, en la roca, se encuentra apoyada en el suelo. Solamente se le ve el pie derecho, ya que el otro cae en el interior de la túnica. El rostro con barba bífida y corona de espinas, tallada en el mismo bloque. Mide desde la cabeza al talón 1,34 m.
En el siglo XVIII la talla de su ropaje fue mutilado para poderlo vestir, siéndole seccionado el brazo diestro. Ha sido restaurado y consolidado en el año 1980 por Rafael Barbero Medina.
El paso del Señor es neobarroco, dorado, iluminado por cuatro faroles de plata de ley con guardabrisones. El Señor lleva potencias en oro de ley y una cruz de plata y carey. El paso de palio es de estilo neoplateresco, tiene varales en plata de ley, moldurón también de plata de ley, la orfebrería es plateada en jarras y faroles. El palio de crestería es en plata, lleva bordados en oro sobre terciopelo granate. El manto de terciopelo azul oscuro, antes perteneció a San Isidoro, ha sido repasado ampliado y alterado en su diseño inicial.
Lo completan las figuras de los cuatro Evangelistas a escala reducida que, a la manera sedente, se encuentran colocados en las esquinas del canasto; dieciocho ángeles querubines situados en las cartelas y centros de los costados altos del canasto, con atributos pasionales; y otros diez ángeles de mayor tamaño que, formando parejas, aparecen en la base de los faroles y en la horquilla de la Cruz.

María Santísima de los Dolores


Virgen de los Dolores.
El paso de palio lleva la Virgen de los Dolores. La imagen de la Virgen también es anónima del siglo XVIII, aunque su origen quizás sea italiano. Su última restauración se realizó en 1986. La Virgen lleva corona de plata dorada.
Tiene el rostro frontal y ligeramente inclinado a la derecha, la carnación se presenta en tono pálido con enrojecimiento en los párpados y la mirada hacía lo alto. Tiene ojos y lágrimas de cristal. Sus dientes son de marfil. La nariz, de buen dibujo y modelado, como así la boca, ligeramente abierta. Las manos abiertas y suavemente flexionadas. El busto devastado. De candelero para vestir. Mide 1,59 m.

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